
Todas son brutas. No me conviene, es un vividor, un cobarde, me sangra y ya estuvo bueno con todo esto. Lucho. Tengo algo que decirte. Decirle que ha sido suficiente, que estaba harta de que la viviera de ese modo, de verlo echado en el sofá con su bata de seda que ella le compró, leyendo el periódico sin hacer nada todo el día y para colmo, pidiéndose cuanto trago le provocaba, vaciándo s u barsito como si fuera inagotable, quejándose de la comida, de la sazón,queriéndo mas, cada vez mas, que había soportado bastante y esto ya no iba para mas. Sí. Tenía una novia,la veía durante la semana y salian los sabados, conmigo se veía los jueves y algunos lunes y domingos. Paquita, éramos tan felices esas pocas horas de la semana. Pero no más, ¡sabes?, estoy decidida, de una vez por todas. S i no es hoy no es nunca. Frente al espejo: Miguel, han sido 2 años maravillosos, pero no puedo mas esto no va para ningún lado, yo te quiero, pero quiero una vida distinta, una que tu no me puedes dar. Tu estás comprometido y eso no va a cambiar. No puedo.No quiero verte mas, desde hoy, has muerto en mi vida. ¡Lucho!. –él levantó la mirada por sobre las letras negras grandes del periódico, la miró con cariño, arrugó las hojas grises del diario y le estiró los brazos, llamándola: gatita, ven aquí mi michita linda. Una vocesita apenas se oyó: si mi amor, ¿y que tal estuvo la comida hoy?. Miguel, tengo que decirte algo. Dime, por la cara, parece mala tu noticia- abrazándola- .Nada, amor, es sólo que te amo, ¿es noticia para ti, eso?. Sí, todas eran. Todas éramos. Y seguimos siéndolo porque estamos enamoradas.