blue rain
Me veo siguiendo mis pies, que siguen sus huellas, que adivinan sus senderos, y lo buscan. En una esquina, les impido cruzar. Les opongo resistencia. “No vayan”. Y mis pies se retuercen como pueden para evitar mi voluntad. Pero es imposible: “nuestro camino es hacia La Soledad”, les digo. Terminan por dejarse a mi fuerza, que siempre gana a todo. Sin embargo llueve y cada gota me moja de él. Me refresca un recuerdo y este se presenta ameno para acompañarme a casa. El gato me saluda. Tras el umbral de mi depa, sé que me espera La Soledad. Sé que ella y el gato lo saben todo, pues me quedan mirando, ella hueca y omnipresente, él fijo y felino. Y me acogen tibiamente, eso sí, sin asegurarme felicidad.
Labels: los pies también aman
3 Comments:
muy lindo nana, tus textos me hacen soñar y creer que no estoy solo
a veces siento, como tú, que el cuerpo y el alma son dos entidades que intentan conciliar una antigua diferencia... en algún punto de la existencia comenzamos a creer que eran dos cosas distintas... el lenguaje, a mi parecer, está para conciliar la diferencia y hacer a hombres y mujeres una sola floracióin de vida, y soberanos de sus vidas
qué mostra la cristina
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