Monday, July 23, 2007

Te quiero

"Te quiero.

Y por quererte te extraño,
al extrañarte te pienso,
y al pensarte te deseo
y con ello me asusto
y en ese instante sólo quiero de ti un abrazo.

(Y se gesta el círculo)"


Gracias amigo por compartir conmigo estas letras tuyas (y dejarme hurtarlas), muy hermosas para una chico que como tu dices, no escribe...

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Saturday, July 14, 2007

¿Dónde la podría encontrar?, tal vez en un chifa de 24 horas, con poca luz y mesas percudidas, el chino en la caja y la mesera fantasma. No en los lugares a los que tu ibas, Antonio. Ella los odiaba: “sólo van a lucirse, no a comer, se miran entre sí para ver qué pidió el otro, y no puedes encerdarte libremente como manda el Sr. Grum Grum?”Pero no irías a todos los chifas buscándola por más ganas que tuvieras de verla, jamás forzarías un encuentro, aunque lo deseabas tanto que le restabas importancia frente a otros. ¿Y qué haces caminando por el centro de Trujillo?. Siempre hacia algún lugar.
Hace ya mucho tiempo que no caminas por caminar, gastando el tiempo como si no existiera, como cuando tenías tenías 15, 17, 18 y te detenías en medio de la calle, absorto frente a una mural antiguo, como cuando cantabas canciones interminables como los jirones del centro, de la cuadra uno a la nueve, de ida y vuelta, con las sombras bajo los faroles, buscando el eco en alguna ventana colonial abierta: ”estoy locoooooo” y la casona respondía: estoy loco, estoy loco… (y alguna vez te pillaron y te devolvieron el grito pero no con las mismas palabras).

En dos cuadras estarás en el local de Manuel y su novia, luego de ellos, visitarás a la Sra. Lucena y después sólo queda Irma. De regreso a casa te encargarás del papel. Tienes que cotizar precios y hacer el pedido. ¿Y ella?.
Sabe Dios. Si hubiera un lugar…antes por ejemplo, podía estar con sus amigos en la plaza de armas, en aquél parque de San Andrés o en la Plazuela El Recreo, sentada bajo los Ficus, como aquélla vez: aún no la conocías, pasaste delante de ella, que leía un grueso tomo de hojas viejas, no lo sabías, pero era uno de los cuadernos de navegación en un sillón Voltaire, luego de eso, irían siempre juntos. Pero no, ya no había un lugar. Ella también había cambiado. La gente no tiene ojos, no tiene orejas, caminan todos absortos en sí mismos. ¿Y tu?, yo entro en la Casa de la Emancipación, y encuentro una muestra de pintura costumbrista, dice el afiche. Dentro está Urquiaga, Saldaña y otros, ¿les digo que siempre me gustó su pintura?. No, hay mucha gente. Les digo que me gustó la muestra. Me tomo un tiempo, me recuerdo al yo de antes. Me tomo un tiempo del mundo, un tiempo de ti, Gabriela. No, de ti no…¿dónde te encontraría?

Ya es tarde para encargarte del papel. En una cuadra a la izquierda, será la Plaza de Armas, y cruzando, en tres cuadras más, tu casa. Echa a andar Antonio, ve a tu piso, lee un libro, escribe algo y échalo al fuego, escucha a Coltrane y prepárate un martini. Y Antonio, olvídala, ella sólo está en tu corazón.

Monday, July 09, 2007

Si en mis manos de niña, tallado estuvo siempre mi destino de encontrarte,

no habría imaginado, que serías tu, aquél "pajarillo de perfil engreído” divertido y tremendamente despistado,
Si te encantó siempre, la suavidad femenina del algodón
no imaginaste que en mis manos de ochoañera, de las que al principio te reíste, la habrías encontrado.
Y si mirando el mismo cielo, pensábamos alguna vez, yo en ti y tú en mí, sin habernos nunca visto,cuán cerca de mí siempre habías estado, si mi casa era, y la tuya también, números pares de la misma calle de piso empedrado.Entre otras cosas que ahora sé, me resulta increíble que, tu en tu salón, y tu salón junto al mío, y los dos frente a las mismas partituras, yo escuchaba sin saber que eran tuyas, las notas lloronas de tu violín, y tú las de mi piano dentudo.
Que, tu “mochileabas” en ecuador y yo a mis padres, por lo mismo había rogado (sin éxito, por supuesto)


Que mientras conocías al primer gran amor, yo a él, le estaba cantando.
Que, yo en mi atalaya y tu en tu balcón,
ambos con cuerdas a la mano y al todo;
“pajarillo de perfil engreído” así te llamé de inmediato y en tono burlón, y tu que nunca callas, me llamaste (ya para siempre), y con mucho amor, “manos de algodón”…